El Aljarafe de Fiera: Vicio, rutina y sudor frío.

Siempre se ha dicho que lo bueno se hace esperar y, ya sea para que los No More Lies rompan su silencio tras nueve años publicando “In the Shade of Expectation”, o para vivir la vuelta de Ataque de Caspa con “Sol”, vemos pues que la espera genera esas ansías con las que tantos discos devoramos. Para bien o para mal esto es algo que nos ha ocurrido con “Aljarafe”, segundo disco de Fiera que ha editado el sello asturiano Humo, creado este mismo año tras el cierre de Discos Humeantes.

Puede que el proyecto paralelo de los Pony Bravo sea para muchxs una cara B de post-punk almibarado que pocxs están preparadxs para disfrutar, algo que ya demostraron en 2010 con “Déjese Llevar”, un arma de doble filo que plancharon en su propio sello, El Rancho. Y lo cierto es que si con Pony Bravo ya trataban de forma indirecta y no tan indirecta algunos temas irritantes para la gran masa, es bajo el nombre de Fiera donde lo hacen a pleno destape, de una forma cruda, jugando con las palabras, orden y sentido… Haciendo uso de unas formas mucho más negras y ácidas.

fierapromo

Fotografía: Lulur Lunch

Puede que el primer largo de los sevillanos pecase de sencillo a pesar de contener pegadizas líneas de bajo y detalles de corte industrial en las percusiones, puede que quizás sea este aspecto en concreto la clave de un sonido tan característico y peculiar como el de Fiera. Sin embargo para este segundo largo la producción y grabación se han visto más mimadas bajo las instrucciones de Susana Hernández (Ylia) y Raúl Pérez (La Mina Estudio), manteniendo el impulso con el que en 2010 nos soltaron el primer bofetón en la cara. Aunque dejando toda la parafernalia y el mejorado método empleado, vemos claramente que para esta ocasión el guantazo viene con más fuerza y guarda la misma calidez con la que nos voló la cabeza por primera vez.

Fiera son una pesadilla adictiva. Esa gota de sudor frío que te cae en el baño, te apaga el cigarro y te moja la tarjeta. Las letras no son un punto a tratar a la ligera, parándose a pensar unx llega a comprender a que hace referencia el propio título del disco, ese homenaje a la sociedad, a su rutina y al consumismo que la invade, especialmente en esta zona de Sevilla donde más de unx vive de lujo y en bastantes ocasiones por encima de sus posibilidades, algo extrapolable a cualquier parte de la península por supuesto. Al fin y al cabo el disco es un espejo que refleja los cánones de vida que mandan en este país, un “aquí sufriendo” que te suelta el cuñado y que Pablo Peña y Darío del Moral traducen de manera más acertada en ”Tan Agustito”, haciéndolo de forma efectiva y eficiente, pocas palabras necesitan para soltar la pullita que retrata a tantas personas: “Cerveza fresquita con mis clientes, luego un cubata y medio gramito”.

Portada: Pablo Peña

Figuras e iconos de la caja tonta también aparecen, como “César Millán”, tema que ofrece acertadas comparaciones entre personas, animales y la misma jerarquización de la vida. Hay quién vería espacios vacíos a lo largo de la estructura pero lo cierto es que ellos no precisan de mucho más para pasar todo el día danzando por tu cabeza, ya sea por las voces dobladas, las líneas de bajo peleonas, los arpegios sonando del revés o los mismos ladridos esquizofrénicos que atormentan a mitad canción. Ya lo decían los Venereans: “Future Primitive”.

Es en otros cortes como “Gröno” o “Cóncavo Converso” donde encontramos novedades que se han incorporado a la estética de su cancionero, que comienza a dejar caer parte de su peso en las cajas de ritmos o los sintetizadores, vitaminando bien las melodías. Estos dos últimos elementos han ganado protagonismo en este disco, dando lugar a una mayor experimentación que riega sus canciones con un chorro de buena vibra en el bajo y un ritmo de bakalao delicioso que aviva desde los momentos lentos a las muestras más rápidas y tropicales, como la lluvia exótica que emanan los teclados de “Alegría en la Nuca”. Nada complicado desentramar la muestra de estilos que gustan barajar y que guardan esa pequeña relación con el cancionero de su otra formación, como la “Guajira de Hawaii” de los Pony.

En resumen, Fiera muestran con este segundo trabajo una ejecución mucho más pesada, pegajosa, bizarra y atractiva para peña como nosotros. Al principio puede no gustar pero finalmente taladra tu cabeza tan a fondo como para quedarse una larga temporada. Inundaros de música cáustica, del engorile máximo. Disfrutad de esta sensación de calor asfixiante en el aseo del garito. Mandíbula desencajada y un mal viaje, pero bien llevao. Realmente son vuestros momentos favoritos, el goce del sufrimiento y la mala vida. Queridxs amigxs: Fiera.

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