A excepción del revuelo que se andaba armando los días previos al evento, fue un tanto chocante llegar al Magazine y ver una sala medio vacía antes de que empezaran a enchufar instrumentos las bandas. Una jornada en la que se alargaron un tanto las pruebas de sonido, aunque en ocasiones preferimos que así sea. Mejor eso antes que un concierto de inicio rápido y sonido nefasto.
Entrada con tranquilidad, cerveza en mano (raro, ¿no?). Vistazo al ambiente y al stand de merchandising de las bandas, donde descansan los vinilos, cd’s y camisetas. Los Cigüeña empiezan a prepararse, ellos son los que van a abrir la noche. La gente empieza a acercarse al escenario con cierta timidez. El dúo valenciano llega con nuevo material bajo el brazo, “Neptuno”, su segundo largo publicado en marzo de este año.
Cuando descubrí a Cigüeña hace unos meses en La Residencia, pensé en su momento que tenían un buen directo, con esta actuación lo reafirmo. Les envuelve una fuerza y un aura que no puedes apreciar escuchando su disco en casa. Pateando y desgastando suela, Unai Lilly (guitarra) es un nervio puro de voz aguda y rasgada. El tracklist estaba compuesto en su mayoría por temas de este segundo disco.
Algún que otro descanso (no excesivamente largo) necesario entre canción y canción para beber y secar sudores, el batería Martín Arlés lo estaba dando todo golpeando duramente la batería, y no exagero. Agradable sorpresa al escuchar el arpegio de “Angelical”, en mi opinión uno de los mejores temas de este último disco, en directo suena mejor aún. Bromeando un poco Unai rebautizaba uno de sus temas diciendo que iban a cerrar el concierto con uno llamado “Monotonía Vocal”. Les ha hecho gracia la broma al final. Pero hay que matizar una cosa, las voces no lo son todo en una banda (normalmente). Y de lo contrario, pobre de Manos de Topo.
Con el Magazine algo más lleno y después de unos minutos para pedir copa o salir a fumar, suben al escenario Carmonas. Una banda de trayectoria corta pero desafiante y llena de actitud. Su único disco, de nombre homónimo (editado por Mongolic Records, Flexidiscos, Willy a Muerte Ediciones y Mascarpone) es la única carta de presentación que tienen, a parte de su aparición en el Vol. II de El Recopilata.
Sin más dilación, pequeña intro y ya se escuchan voces frescas cantando con algo de rabia “I Can’t Do Anything Right”. Los rasgueos viajan hasta el ampli a través de las pastillas, punk setentero de 4 mujeres que rebosan desenfado y energía. Toque entre baquetas en las manos de Cris, e inmediatamente comienza el ritmo veloz de “Pili”, mientras se descargan por los altavoces un torrente de guitarras que cesan con un frenazo repentino al final de cada tema.
El ademán de comienzo lento de “Bad Box” y su acelerón instantáneo, es uno de los temas en los que mejor suena la voz de Marina. Uno se queda prendado con “Don’t Hide Your Hate” y su riff de tan corta duración, el cuerpo siempre pide más. Más tarde escuchamos en “Not Marina” a Estela pellizcando las cuerdas de la juguetona línea de bajo, con algo más de protagonismo que en el resto de canciones. “Ahora viene el hit” comenta Marina al micro mientras ríe, muy aclamado por los fieles este tema, “Mira Papá”. Los ritmos de guitarra más lentos de todo el disco llegan cuando María empieza a tocar los primeros acordes de “Why Not?”. Le siguen para cerrar el concierto “Gema Mola” (tema dedicado a la cantante de Las Rodilleras), “Corridor” y “You Sucks”, como el final del propio disco. Con este concierto vuelven a demostrar que se han sumado por completo al abanico de referentes de la escena estatal.
A Carmonas las descubrí a finales del año pasado y hace unos meses me acabé haciendo con su precioso vinilo que más de uno me había recomendado. Me he dado cuenta de que Carmonas tiene un algo especial, y es que saben mantener la misma buena esencia que contiene su disco, trasladándola al directo de la misma forma, pero por duplicado, ¡bravo!
Descanso de escaso tiempo, la multitud se agolpa frente al escenario y bromea con los de Sant Feliu de Guíxols mientras terminan de afinar. Roger Ortega, Màxim Triviños y Santi Garcia: el trípode sobre el que se sostiene una de las bandas más emblemáticas de la escena del post-hardcore nacional, No More Lies. Todos hemos comentado siempre la gran calidad de sus trabajos y la poca abundancia de estos. Los mejores perfumes vienen en frascos pequeños, ¿verdad? De ahí que estos buenos discos se nos den de forma racionada tras pasar largas temporadas de espera y mucho mono. Tres discos en diez años, pero madre mía… Que tres discos. Esta vez venían para una ocasión especial, presentar su cuarto disco. Tras un eterno silencio de casi una década, el sueño se ha cumplido, “In The Shade Of Expectation” (Bcore, 2014) se une a la discografía de No More Lies.
Silencio absoluto, empieza a sonar el afilado y puntiagudo riff de “In The Shade Of Expectation”. Automáticamente el público ha enloquecido antes de que Santi llegara a tocar la tercera cuerda. El tracklist que tocaron se componía en su mayoría del último disco, aunque también pudimos escuchar algún que otro corte de su segundo y tercer elepé. Impresionante la nitidez y la fuerza que posee la voz del reconocido productor (fetiche para muchas bandas nacionales) Santi Garcia. Uno de mis preferidos no tarda en sonar, “Daily Smile Commitment”. La guitarra avanza con dureza entre las estrofas a base elaborados arreglos melódicos que se liberan en pleno estribillo con fuerza. Un estribillo que incita a ser coreado y gritado hasta dejarse el último aliento. Una llamada que suena a punk rock californiano, horneado en los 90’s en plena Costa Oeste.
A continuación el single, “Spiral Desidia”, hiperactividad en los dedos de Santi pulsando cada cuerda de esos interminables pero maravillosos punteados. Como percibimos en este estribillo (al igual que en muchos otros), la sonoridad de No More Lies alcanza su punto álgido cuando se aúnan la grave voz de Màxim y la de Santi en un único canto de alma punk. Empalmando al igual que en el disco le sigue “The Urgency Has Gone”, tema que baja algo (muy poco) el ritmo, sobretodo en el estribillo, aún así mi pie no deja de moverse a su antojo.
Hacía la mitad del concierto la fatiga no hace ni acto de presencia, a pesar de semejantes rostros sudados en más de uno. “Dear System” y a continuación dos grandes temas pertenecientes a su tercer elepé (Sí, el de las coordenadas del propio pueblo al que pertenecen), “Youth Powered By Anxiety” y “Bad Catholic Education”; dos joyas del 2005 que no se desgastan ni pierden su esencia a pesar del tiempo. Màxim martillea la melodía continuamente con su línea de bajo, sin tregua alguna. Mientras tanto Roger no cesa su base rítmica ni por un solo instante, arrolladora en todo momento. Da gusto verlo tocar la batería, disfruta de cada golpe que le propicia.
Dos bombazos nos aproximan a la parte final del concierto: “Overdrown” y “Wrong Stage Bad Scenario”. En esta última, las voces se elevan por encima de las guitarras al llegar al estribillo, desde abajo rugimos todos (incluidos cigüeñas y carmonas) con la voz más áspera que nos sale de dentro, “Wroong Stage Baad Scenarioo!”. Justo cuando se apaga el estribillo vuelven a resurgir la bassline y el riff, absolutamente impecables, que descarga de emociones joder.
Y disculpad mi vocabulario, pero es que el concierto fue memorable, para enmarcar y no olvidar. Cerraron (o lo intentaron) con dos fantásticos temas de “][“ (2001), “Glowing Dances” y “Paper and Gas 4000 RPM”. Pero la gente pedía un bis que acabaron tocando, sinceramente, ya ni recuerdo el tema con el que nos obsequiaron de más. Sólo puedo decir una palabra para definir la noche: espectacular.
Infinitas gracias a la buena gente de &Sons por montar estos conciertos con bandas de semejante calibre.
Al final me terminé llevando este vinilazo de los No More Lies. Definitivamente su presencia es imprescindible en la colección de cualquier melómano.